No sólo cambia la letra de la etiqueta, la nueva normativa también modifica el método de cálculo, por lo que no habrá una correspondencia directa entre las etiquetas antiguas y las nuevas.
No te preocupes, desde ALG te ayudamos a entenderlo mejor y a saber cómo leer la nueva etiqueta y qué cambia respecto a la anterior.
Estas son dos etiquetas del mismo modelo de bombilla:
1. Límites de consumo más exigentes: En la nueva etiqueta se han redefinido los límites de consumo para poder entrar dentro de una clase energética. Es por ello que, en el caso de este ejemplo, la referencia 62022 pasará de una clase A+ (ahora inexistente) a una clase F, sin haber cambiado su eficiencia. Y es que, en el momento del lanzamiento, no habrá ninguna fuente luminosa capaz de alcanzar una clase A, ya que, de esta forma, se deja libre ese espacio de mejora para el futuro.
2. Escala de Clases Energéticas:Seguirán siendo 7 clases energéticas, pero para simplificar, se han eliminado las clases A++ y A+. Ahora, la escala energética va de la A a la G. El verde oscuro indica un producto altamente eficiente (A) y el rojo uno de baja eficiencia (G). El cálculo de esta clase energética se basa en un índice de eficiencia energética (EEI) que tiene en cuenta el consumo anual de energía y otras muchas variables como por ejemplo, el tipo de fuente luminosa (LED, fluorescente, HPs,…), si la bombilla es o no direccional, si funciona directa a red o necesita un mecanismo de control independiente, si pertenece al grupo de fuentes luminosas conectadas o si es una fuente luminosa de color variable, etc.
Si desea conocer todas las variables que entran en juego en el cálculo de la eficiencia energética de una fuente luminosa, puede consultar nuestro documento de
CÁLCULO EFICIENCIA ENERGÉTICA 2021 en PDF.
3. Clase asignada. Señala el grupo en el que está encuadrado el producto etiquetado.
4. Consumo anual de energía.Muestra el consumo energético ponderado en kWh/1000h.
Código QR. Escaneándolo se accede a más datos sobre el producto. La información aportada en la etiqueta energética será específica de cada referencia por lo que cada etiqueta deberá incluir un código QR que los usuarios podrán escanear para obtener información adicional sobre el producto en una base de datos europea. Esto implica un ejercicio de transparencia nunca visto hasta hoy por parte de las empresas, que deberán proporcionar una información muy completa y veraz sobre cada uno de sus productos y que será accesible para cualquier ciudadano de la UE.